La segunda obra a comentar es El censor, el primer cortometraje de un estudiante sevillano en EE.UU.
El censor cuenta con una narrativa dividida en tres partes muy marcadas, que podríamos llamar casi de manual, el principio corresponde a la infancia del personaje y el origen de su futura profesión, el nudo nos muestra el desarrollo de su trabajo y el desenlace cómo tras la imposibilidad de continuar ejerciendo esa profesión, la vida del protagonista da un giro radical.
La historia está bien planteada, es entretenida y trata con humor el tema de la censura, nos lo muestra desde dos perspectivas distintas, una es la del contexto del franquismo y la otra la de la moral hipócrita norteamericana.
A pesar de todo esto, la sensación que deja el cortometraje es ambigua ya que como hemos comentado antes, tiene una perfecta estructura, un adecuado tratamiento y es una idea original y cómica, pero no termina de calar. No es un corto que llame a verlo más de una vez. El adjetivo que mejor define la obra es “correcto”. Es por esto por lo que podemos afirmar que “El censor” no cuenta con errores pero sí está falto de carisma, de novedad o de atractivo.
Es posible que el que este sea el primer trabajo del director y además el proyecto de fin de estudios de una escuela de cine haya influido demasiado en la obra, debido a que quizás el autor ha querido cumplir con todas las reglas de la narrativa y la realización cinematográfica. Aún así, es un muy buen principio.
